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04/02/2021

Lo que se creía imposible hoy es real

Lo que se creía imposible hoy es real

Lo que se creía imposible hoy es real, la pandemia nos llevó a realizar cambios que creíamos imposibles.

De la aceleración de la transformación digital, hacia modelos comerciales completamente nuevos. Hemos tenido que adaptarnos como nunca antes, los cambios dramáticos del 2020: pueden ser solo el comienzo.

La clave para nuestro futuro como especie, país, sociedad, empresa y seres humanos es, entender que debemos vivir con esto en el futuro próximo. Cambiar el «mindset: Lo que se creía imposible hoy es real. Piense en un quinquenio o una década, hasta ahora estamos iniciando nuestro segundo año de pandemia.

El impacto del COVID-19, la alta probabilidad de futuros brotes de enfermedades similares, marcarán el comienzo de una serie de cambios, que alterarán para siempre las relaciones Negocio – Tecnología.

A continuación compartimos lo que hemos podido establecer, basándonos en diversas fuentes confiables y serias:

  1. Expectativas de clientes moviéndose en ámbitos de seguridad y conveniencia
  2. Empresas inteligentes superando deuda técnica (obsolescencia), para adoptar ola de «disrupción tecnológica».
  3. Uso del «Engagement Digital» para crear experiencias híbridas: Físicas y Digitales.
  4. Empresas y Gobiernos invirtiendo en lo que antes consideraban imposible para impulsar el futuro.
  5. Resiliencia Empresarial como ventaja competitiva.

Analicemos estos puntos en tres tiempos:

  • Actualidad: Sucederá en los 18 a 24 meses siguientes.
  • Mediano plazo: De los siguientes dos a cinco años.
  • Largo plazo: De cinco años y más allá.
Expectativas de clientes moviéndose en ámbitos de seguridad y conveniencia:

La pandemia ha afectado a todo el mundo, y no de manera uniforme. La sensibilidad al riesgo del consumidor varía según región, edad, empleo, riqueza, educación y cultura. 

En las geografías menos afectadas en salud y finanzas, los consumidores perciben menos riesgos cuando se esfuerzan por reanudar la vida como «normal». Por ejemplo: al planificar las vacaciones como de costumbre, incluso si optan por viajar en automóvil en lugar de en avión.

En algunos países asiáticos, que salieron de la tormenta COVID-19 de manera temprana, la vida está volviendo a la normalidad en gran medida. Mientras que en otros países, la recuperación es mucho más gradual, o nula.

Lo que nos muestra cómo las actitudes y comportamientos de los consumidores variarán drásticamente con el tiempo.

Por eso decimos que las expectativas del consumidor se desarrollará más o menos así:

Actualidad: Coexisten la aversión al riesgo y el deseo de conveniencia.

Cada decisión del consumidor requerirá equilibrar el deseo de minimizar los riesgos para la salud, y el anhelo de volver a la «normalidad».

Por ejemplo: intentarán evitar las multitudes durante los próximos 24 meses.

Mediano plazo: Los más empoderados exigirán «valor» con sus billeteras.

Cuando la economía se recupere, demandarán más que productos eficientes y confiables; buscarán apalancar sus decisiones en la reputación de las marcas, para así satisfacer las necesidades superiores.

La tensión financiera actual y la falta de interacción grupal en persona han manifestado un sentimiento de «falta de significado y propósito», generando nuevas «demandas» desde opciones de pago flexibles y condonación de préstamos; hasta compromisos sociales y políticos definitivos.

Cuando recuperen el poder adquisitivo en esta fase, los consumidores dirigirán el gasto a marcas en las que confían, que los conectarán con una causa mayor.

Muchas marcas tendrán que pedir perdón por los abusos cometidos y este podría ser el principio de su fin.

Largo plazo: La libertad de movimiento como el nuevo símbolo de estatus de lujo.

La pandemia está acelerando la adopción digital, lo que significa que los «usuarios de dispositivos sofisticados» se volverán comunes.

Mientras tanto, a medida que las empresas se protejan contra nuevos brotes, limitando el tamaño de las reuniones, las experiencias de marca en los espacios físicos se volverán intrínsecamente exclusivas, y solo estarán disponibles para los consumidores que pueden pagar la factura de las medidas de seguridad mejoradas. Lo que se creía imposible hoy es real.

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